Los ayunos prolongados, las ingestas calóricas extremadamente bajas y la deshidratación aguda o crónica a través de diversos métodos, entre ellos la transpiración forzada, son prácticas muy comunes pero que cuando se las utiliza en forma conjunta o de manera sostenida, afectan la integridad física y psicológica del jockey.

Estas prácticas pueden causar fatiga, estados de confusión y falta de concentración que de darse durante la competencia aumenta la probabilidad de caer del caballo en la carrera o generar un incidente de riesgo para otros competidores.